Estábamos tan distraídos por la música local, basura y comercial que perdimos de vista lo que hay afuera... En algún lugar de Jalisco, una banda que emergió de no sé dónde, ni cuándo, llegó como un putazo; sin decir "agua va". Una combinación a la que muchas bandas quisiéramos llegar, un 30% oscuridad, 30% irreverencia y 40% de slam y olor a chela en la ropa después de un concierto.
Tuve la oportunidad de verlos en el D.F. en el Caradura en la tocada del 6to aniversario de Apolo. Y ahí estaban. Nunca en mi vida había oído hablar de ellos para ser sincero (fracasé como chico under) y a la cuenta del baterista, no pasaron ni 5 minutos para que el de a lado llegara con nosotros a invitarnos a los putazos. La banda era algo nuevo, y conocido a la vez, un sonido heredero de Rage Against the Machine, un vocal en el escenario sin playera que te podría recordar a Iggy Pop y una de esas bandas de amigos que empiezan tocando en la sala del baterista y que tienen hasta la madre a los vecinos. Y aunque seguro apenas van empezando esperemos que todavía haya Ladymen para rato. Topen.
Se acerca el día de llegada de otra entrega mas del Corona Music Fest, el próximo 13 Julio (así es, el día de la final del mundial) y aprovechamos para complacer aquellos nostálgicos que hace mas de un año fueron testigos de un evento épico de 10 horas de puro Rocanrol.
22 de Junio del 2013, el
coloso de Santa Úrsula sería sede de una presentación más de la serie de
conciertos del Corona Music Fest, un festival que aterrizó en muchos estados de
la república, pensado especialmente para aquellos que no siempre pueden viajar
a la capital cada que se presenta un buen festival. Mientras que la dinámica para
obtener los boletos consistió en el canje del ticket de compra de cerveza
Corona por un brazalete para ingresar al evento, en el cual se registraron
alrededor de 80 mil almas rockeando en la explanada del Estadio Azteca. El
cartel presentaba a nueve grandes exponentes del Rock nacional: Los Estrambóticos,
División Minúscula, Inspector, Cuca, El Gran Silencio, Victimas del Doctor
Cerebro, Los Bunkers, Panteón Rococó y para cerrar la noche con broche de oro, Molotov.
El estadio abrió las puertas
de su explanada alrededor de la una de la tarde, después de una abrupta y algo hostil
intervención del cuerpo de seguridad pública (que nunca entendí muy bien lo que
pretendían hacer) sobre los que estábamos formados esperando poder entrar. Entre
empujones y agresiones pude llegar con mis amigos, en punto de las cuatro de la
tarde a disfrutar de Los Estrambóticos con su mejor ska, encargados de abrir el
concierto con su presentación. Cediéndole después el escenario a División
Minúscula con sus infaltables rolas como: Sognare, Sismo, Diamantina, entre
otras. Quienes por alguna razón y para ser la tercera vez de verlos en vivo, no
me terminan de convencer. Después de su presentación, llegó Inspector a
decirles “Ábranse, que viene un grande” y a pesar del clima seco y un cielo
nublado, supo como siempre, poner un gran ambiente y armar un muy buen slam entre el público, para despedirse
con un “Amargo Adiós”. Llegó el momento
para otro veterano del rock nacional, Cuca y un gran solo de batería como carta
de presentación para empezar con Señorita Cara de Pizza, que para ser una
leyenda de esa talla no prendió al público, por lo menos como yo lo esperaba.
Después de una buena presentación de los cucarachos, se vino El Gran Silencio,
otra leyenda que estaba cumpliendo 20
años en escena y que desde el momento que pisó el escenario supo cómo hacer
bailar y transmitirle su Chuntaro Style
al público. Tras una lluvia de vasos de cerveza, basura, y algunos fluidos, que
sigo esperando hayan sido cerveza, los regiomontanos, en mi opinión, se
llevaron el día con sus clásicos como: Circulo de Amor, Cumbia Lunera y Duerme
Soñando llenando la explanada de baile, buenas vibras y su estilo único.
Posteriormente llegaron los Bunkers, desde Chile a presentarnos su nuevo
material “La Velocidad de la Luz” y sus canciones como: sábado, Bailando Solo, sin
descartar sus temas del resto de su discografía que supieron como avivar al
público, a pesar de que empezaba a llover sobre el sur de la capital. Para
entonces, me fui con mis amigos por algo
de comer y una cerveza ¿Cuál va siendo
nuestra sorpresa? En algunos stands no había cerveza, en otros no había vasos y
en otros ni una botella con agua. Enorme producción del festival, pero con una
notable falta de organización. Mojados y con las pilas recargadas, regresamos
listos para la Estampida Rock de Victimas del Doctor Cerebro, que a pesar de la
lluvia y de que era la única banda la cual no estaba tan familiarizado con su
trabajo, supieron cómo conectar con el público, desde los que los han seguido
toda su carrera, hasta los que, como yo, era la primera vez que los veía en
vivo, comprobando así algo que había escuchado antes, la gran calidad y
magnitud de su show y que su vocalista, el Doctor Abulón, es probablemente uno
de los mejores showman de este país.
Dieron paso a los titanes de la noche, Panteón Rococó y su ejército de paz que
como siempre nos deja un buen sabor de boca con algunas canciones de su más
reciente material “Ni Carne Ni Pescado”, pues a pesar de que ha recibido muchas
opiniones encontradas, fue muy bien recibido en la explanada del Azteca. El
repertorio siguió con más de sus éxitos como: Arréglame el Alma, La Carencia y La
Rubia y El Demonio con la colaboración de Paco Familiar de DLD. Después de lo mejor
de su paz y baile llegaron los siempre irreverentes integrantes de Molotov, con
sus chalecos de mezclilla, arrancando con Noko, y sus más emblemáticas rolas
como Frijolero, Gimme The Power y para cerrar una jornada de más de diez horas
rockeando, no podría faltar Puto, haciendo brincar a toda la explanada.
Proclamándose así el Corona
Music Fest como un festival de esos que ya eran necesarios, y que hace tiempo
ya no se veían, nueve emblemáticas bandas en un mismo día, un festival donde no
tienes que hipotecar la casa para poder comprar tus boletos ni empeñar la
televisión para comprarte una cerveza.
Normalmente cuando escucho alguna canción
de Metallica o alguien los menciona lo que se me viene a la mente es “Big 4”, “ahuevo”,
“bandota” e infinidad de sus canciones entre otras cosas. Después de todo el
problema que se desencadeno tras la noticia de James Hetfield narrando
programas sobre la casa de osos & el hecho de que Metallica sería la banda
principal en la fecha del sábado 28 de junio de este año en el festival “Glastonbury”,
lo primero que se me viene a la mente es la frase “Haters gonna hate”, porque
ES LA VERDAD.
Para los que no saben, el festival
Glastonbury se lleva a cabo en el Reino Unido & es un evento en el que principalmente
asisten bandas & artistas del género Indie & Alternativo. Este año hubo
una excepción & Metallica sorprendió a todos cuando el nombre de la banda apareció
en el cartel de este año.
Como era de esperarse, gran parte de
la gente no reaccionó de una manera muy positiva y pidieron a los organizadores
que sacaran a Metallica del festival por ser un género de música diferente. Y para
“echarle más leña al fuego” (ayayay), empezó a circular por las redes sociales
la noticia de que James Hetfield narraría un documental sobre la caza de osos y
una imagen de él con un oso que acababa de cazar (muy al estilo de Lucerito), y
como lo trendy de estos tiempos es ser protector de los animales, y todas esas
cosas tipo Greenpeace, era de esperarse que muchas personas quisieran fuera del
festival no solo a James Hetfield, sino a la banda completa. OBVIAMENTE los
organizadores del Glastonbury no cancelaron su participación y sinceramente
casi nadie esperaba que lo hiciera.
Finalmente el sábado 28 llego y después
de un gran número de presentaciones llego el esperado momento para Metallica
subiera el escenario. Estoy cien por ciento segura de que no fui la única que
se saco de onda cuando the Ecstacy of Gold (la famosa introducción de todos sus
conciertos) fue interrumpida a la mitad y comenzó a reproducirse una nueva introducción
grabada espcialmente para el Glastonbury.
En el video se puede ver a un grupo
de cazadores británicos persiguiendo a un zorro cuando desde atrás de unos
arbustos y árboles se ven varias patas de osos preparando sus armas de fuego y apuntándole
a los cazadores para después matarlos a todos para que el zorro pudiera vivir.
Después de celebrar su victoria (de una manera muy graciosa), los osos se
quitan las cabeza y debajo de sus disfraces se encontraban los integrantes de
Metallica riendo y brincando para terminar el video con el funeral de los cazadores
y el zorro que perseguían mirándolos desde la distancia, después las pantallas
se pusieron negras y la palabra Glastallica apareció para que así la banda se
pusiera en acción.
Empezaron con Creeping Death,
seguida de canciones muy comunes en sus conciertos como For Whom The Bell
Tolls, Wherever I May Roam, Sad But True, Fade To Black, Cyanide, sorprendieron
con The Unforgiven, The Memory Remains en donde todos corearon hasta morir, no podía
faltar One y Master Of Puppets, Nothing Else Matters ligada de la mejor canción
del mundo Welcome Home (Sanatarium) y el sólo de Bleeding Me, Enter Sandman,
Whiskey in the Jar & finalizar con la única canción con la que pueden
acabar una presentación Seek and Destroy. Sin duda, un setlist lleno de clásicos.
Fue de las mejores presentaciones de
la vida, y yo esperaba que la gente les diera la espalda así súper mal plan o
de plano se fueran del festival a la hora de su presentación pero nadie lo
hizo. Prendieron a todo el público, dejaron que algunos (muchos) subieran al escenario para cantar,
y demostraron que después de ya 32 años no
les importa las críticas y eso esta súper bien. Como dije al inicio de este escrito
“Haters gonna Hate”, bien que no los querían en el festival pero bien que
andaban súper emocionados en el publico brincando y haciendo headbanging al ritmo
de la música.
Metallica siempre será odiado y
amado, será criticado hasta morir pero por algo es considerada una de las
mejores bandas, por algo encabezo un festival que no era del mismo género, llámenlo
mercadotecnia, digan que ya solo son comerciales pero truth be told después de
tantos años se siguen manteniendo y siguen agotando entradas. Ahora sí que la
envidia alimenta su ego, ay aja.
Siete años han pasado desde su ultimo material inédito, y Molotov ofreció el pasado cuatro de Julio un concierto en el Auditorio Nacional para presentar su nueva producción discográfica "Agua Maldita" donde el boleto de entrada venía de cortesía al comprar su nuevo disco.
La lluvia no dejaba de caer pero eso no fue pretexto para toda la banda que jaló esa tarde para formarsea la fila del auditorio desde cinco horas antes del evento y ver a los Molochos de cerca. Eran aproximadamente seis de la tarde y en el metro auditorio se dejaban ver desde chavos de secundaria hasta esos rockeros de antaño con sus playeras de Molotov y uno que otro vagonero vendiendo alegrías, palanquetas y los 100 éxitos de la cumbia y bachata.
Estábamos a dos horas y media del evento y dos de las cuatro filas del auditorio lograban darle la vuelta a los costados de las afueras del lugar. Rechifles, policías, inspecciones, "lleve lleve la playera" y todo ese, casi glorioso, folklore concertista.
Las puertas se abren, la fila avanzaba, todos empezaron a correr, meterse en la fila y mentar madres. Los lugares de abajo volaron, así que sólo quedaba irse arriba de los palcos y obviamente corear "putos los de abajo", dejando a los de abajo sin nada que decir mas que hacer olas (jaja). Lo que se respiraba en el auditorio nacional previo al show telonero de D.M.C., era ese ambiente correcto en el lugar incorrecto. Gente con ganas de echar desmadre gritando, el ya casi trending topic global, "Eeeeeeeeeh puto" y coreando "No era penal, no era penal" pero ni uno de pie. Y al salir por una cerveza, en la fila seguía sin saber qué pensar del toquín; ¿Johnnie Walker Red Label en un concierto? ¿Molotov? ¿Auditorio Nacional? ¿Nuevo disco? bueno... Es gratis :D
Ocho treinta aproximadamente, me acabé mi cerveza, una visita al baño y al cruzar la puerta de entrada de nuevo... ¡Madres! D.M.C. estaba en el escenario haciendo mover a un auditorio nacional que parecía que no sabían qué estaba sucediendo o incluso quiénes eran los que estaban en escena, pero se la estaban pasando bien. Y después de una breve pero gran presentación (con todo y que no es como que su servidor sea un experto tratándose de Rap) Darryl McDaniels (D.M.C.) nos dejó con un buen sabor de boca, y a los que no saben apreciar a un telonero sin nada qué reprochar.
Las luces se prendieron, y ahora las butacas se veían mas llenas, la zona preferente de abajo se veía casi llena mientras que arriba, con nosotros los mortales, ya pronto no cabría un alma más. Ahora con un ambiente mas amigable y fluido entre el publico que ya no aguantaba por ver a la Molocha.
21:15 horas, el auditorio oscuro era abrasado por las voces coreando "Mo-lo-tov, Mo-lo-tov" cuando Tito, Micky, Paco y Randy salen a escena abriendo la velada con "Oleré y Oleré el UHU" primera rola de este, su octavo disco lleno de su tan característico estilo lacra, bizarro, eternamente vulgar para las mamás y siempre irreverente para todos, el cóctel Molotov había llegado a la casa.
La fiesta siguió con "Fuga", "Again N Again" y "La Pura Raza", este ultimo par con la compañía de sus invitados de lujo, D.M.C. Esto pintaba para superar muchas expectativas pues Molotov había prometido un show especial no sólo por su nuevo disco y no sólo porque andaban estrenando chalecos (ahora eran negros jeje) sino para celebrar el 18 aniversario de la banda.
"... Y ahora esta es la historia de la banda y se llama Amateur" anunció Tito y a la cuenta de Randy el cuarteto hizo brincar al Auditorio Nacional... Si, brincar. Para que después sonara una canción, en palabras de Tito, "Y esto a quien se la quieran dedicar en esta ciudad tan organizada, esto es simple, puta y llanamente Chinga tu Madre... " para complacer tanto a nuevos como a viejos fans. Siguieron con el toquín interpretando tres cuartas partes del nuevo álbum con "El Que se Enoja Pierde","La Necesidad" (con Paco en la batería y Randy en la guitarra) seguidas de "Llorari" y "No Existe" que ahora me convencieron mas que cuando las escuché por primera vez.
Al terminar las nuevas rolas coreadas por todo el auditorio, vino la voz de Tito anunciando el momento que no puede faltar en un concierto de Molotov "esta canción se llama (suspenso) Gimme The Power" haciendo que hasta, por si no era ya demasiado grande mi sorpresa, una pareja de extranjeros (me atrevo a decir gringos) junto a mi y el resto del recinto corearan a todo pulmón el icónico "Si nos pintan como unos huevones, no lo somos ¡viva México cabrones!" erizando la piel de más de uno. Los juegos de luces pintaron el escenario de verde blanco y rojo y a continuación, siguiendo con la tradición, tocaron Frijolero y Hit Me, dos de las rolas más crudas pero populares de su repertorio. Contando, en esta última, con la presencia del productor del nuevo disco Jason Perry en los coros para seguir colaborando en un par de nuevas rolas "Lagunas Metales" y "Gonner" y a continuación siguió el acontecimiento mas random y épico de las cuatro veces que me ha tocado ver a Molotov. Siguieron con otro clásico, Marciano, y como de costumbre siguieron con la versión punketona y aquí fue cuando, parado desde arriba, fui testigo de cómo todo valió madres; la gente de en medio se empezó a bajar a los pasillos frente al escenario, la cadena de hombres de seguridad se rompió y así es como Molotov logró llevar su desmadre al Auditorio Nacional, ¡grandes! Los clásicos y el slam siguieron con Changuich, Mas Vale Cholo en su versión extendida y navideña y para rematar, casi literalmente, Dance and Dense Denso que no deja de ser algo así como un himno-ritual a los dioses del slam.
El cuarteto se tomaron sus cinco minutos y regresaron con una sorpresa muy grata interpretando Walk This Way con D.M.C. como Aerosmith lo hubiera hecho en el 87, seguido de Molotov Cocktail Party, Voto Latino, Perro Negro, Santo Niños de Atocha, Animo Delincuencia, Here We Cum, Matate-Tete y después, en medio del escenario recreando un cliché del fútbol mexicano aprovechando el furor del mundial, Randy pone en el suelo del escenario su baqueta para que Micky la pateara al publico a la voz de "Eeeeeeeeeh puto" empezando así con su tradicional despedida tocando -adivinaron- "Puto".
Los Molochos estaban despidiendo lo que fue una noche perfecta, pero claro que no podría faltar la sorpresa de la noche, la cereza del pastel que cada vez parece más una tradición; Rastamandita y las chicas que suben al escenario o que en este caso, Micky subió al escenario para bailar, cantar, tocar el bajo y hacer de las suyas.
Y así fue como a toda la bola de escépticos que osábamos pensar que Molotov ya no daban el ancho y que temíamos que su mejor momento había quedado atrás, los molochos nos demostraron el viernes pasado que el ancho les queda corto y que su momento es ahora. Con treinta rolas en setlist (unas nuevas, otras viejas y algunas que rara vez tocan en vivo) invitados de lujo y un juego de luces impresionante, los amateurs lo hicieron de nuevo, felicidades o más bien, ¡chingón! Acá el setlist:
... Estaba en medio de un público (y por público quiero decir sexo femenino de 15 a 18 años) que más que ir a gozar de un buen show de rockabilly con los Rebel Cats, iban a ver a su crush de la infancia; Drake Bell. Quienes en un punto llegaron a hacer que, a pesar de que era un foro exageradamente íntimo, tuviera que ver a Drake (quien estaba a menos de 6 metros de mi) a través de las pantallas de sus iPads y tablets, lo que me da una idea de que por lo menos el 70% de las chavas que estaban esa tarde en el Caradura seguramente en sus vidas han ido a un concierto, o tal vez que nadie les dijo que no era recomendable llevar zapatos altos, ni tablets, en fin...
Eran las cuatro de la tarde, la fila no llegaba a mas de 250 personas, y en punto de las 5:30 el Caradura abrió sus puertas para dejarnos pasar, estábamos ya dentro del lugar formados en la taquilla cuando llegaron Vince y los Rebel Cats a entrar por la puerta al escenario... Si, como simples mortales.
Seis de la tarde. Después de ver un gran show de dos parejas bailando Rock And Roll como si fuera vídeo de America Never Stops Dancing, la música de fondo se detuvo, las luces se apagaron, se abrió el telón, nos amontonamos, y salieron a escena los Rebel Cats a tocar lo mejor de su repertorio, tocando sus rolas mas conocidas de su ultimo disco (que grabaron con colaboraciones de músicos de la escena local como Dr. Shenka, Paco Familiar, entre otros) y entre su repertorio se escucharon; Hombre Lobo Adolescente, Para Nada, y Diversión. Después de un playlist bastante surtido, y de presentar a los integrantes de la banda Vince, Lalobilly, Chucho y al gran Vincent Van Rock, Los Rebel Cats se van despidiendo, introducen a Drake, sale a escena, llueven brasieres y tangas (ok, me dejé llevar jaja). Pero en cuanto salió a escena, a cantar con los rebel cats se pudo sentir una vibra impresionante de la voz ronca de quien fuera Drake Parker hace 10 años en nuestras televisiones.
Se cerró el telón, los Rebel se van del escenario, entra Drake con su respectivo contrabajista Sjarde Stijepovic y su baterista Matty Alger. Y al cabo de interpretar un par de canciones de su nuevo disco, como Bull y Runaway Boy y que Drake se quitara su camisa dejando lucir sus tatuajes de los Stray Cats y las ondas Pin-Up (que cada vez son mas modita). Pude notar que lo que estaba presenciando ese día en el Caradura era la mejor (tal vez la única) joya que nos ha dado Disney o Nickelodeon. Un sujeto con pasión, que a diferencia de las grandes estrellas, no hacen "música" para vivir de la fama, sino que podías ver como éste canta porque le gusta, porque podías ver cómo se dejaba llevar por la música, podías ver cuánto lo goza y escuchar en su voz ese eco del mismísimo Bryan Zetser, Eddie Cochran o incluso Elvis Presley en canciones como su nuevo sencillo Bitchcraft hasta covers como Twenty Flight Rock.
Y al habernos regalado un show de, aproximadamente, dos horas y media, y dejarlo todo arriba (como si se tratara de un Marty McFly contemporáneo) Drake interpretó algunas de sus canciones antiguas mas conocidas como I Know y Found a Way (si, la de Drake y Josh) el músico de 27 años se despidió de su publico mexicano con La Bamba cerrando el toquín de una manera, en términos coloquiales y el único que encuentro, "chingona".
(Foto recuperada de su cuenta de Instagram) Adrián Valdespino @_Valdespino